No hay duda de que el final de un año y el comienzo de otro es el momento en el que muchos se plantean las cosas y buscan nuevas formas de avanzar en la vida. Si bien es cierto que cualquier época del año es buena para mejorar y proponerse nuevos objetivos, los aires de cambio y la magia que rodean estos días tan especiales hacen que estemos más predispuestos a incluir hábitos saludables en nuestro día a día.
Las buenas intenciones no bastan
Pero, claro, no basta con pensarlo; también hay que ponerse manos a la obra.
Las cifras acerca de esto son muy elocuentes: a pesar de todas esas buenas intenciones, las estadísticas indican que el porcentaje de personas que logran cumplir esos propósitos de año nuevo ni siquiera llega ni al 15 %.

Pero que no cunda el pánico: si te propones unos cambios positivos convenientemente especificados y dentro de lo alcanzable, tendrás mucho camino ganado.
Veamos algunos:
Plantéate nuevos objetivos en la vida
Los objetivos vitales que te propongas evidentemente dependerán mucho de tus necesidades y preferencias. Eso sí, sean cuales sean estos, tenerlos claros te ayudará a ponerte manos a la obra para lograrlos.
Una buena forma de hacerlo es ordenar esos objetivos según su prioridad (incluso estableciendo horarios o días concretos para llevarlos a cabo si fuera necesario), organizarlos bien y hablar acerca de ello con amigos y familiares.
Ten en cuenta que nuestra mente es experta en crear excusas cuando nos proponemos llevar algo a cabo. Procura anticiparte a ellas.
Empieza el día con positividad, uno de los mejores hábitos saludables
No somos pocos los que empezamos el día en “piloto automático”, con todo el desgaste físico y mental que eso conlleva. Conseguir tener una actitud positiva desde la primera hora del día puede marcar una gran diferencia.
Estas son algunas maneras de lograrlo:
- Enfoca los primeros pensamientos del día hacia algo positivo.
- Una manera genial de iniciar la jornada de una forma relajada y positiva es practicar la meditación. Ni siquiera es necesario mucho tiempo (con unos diez minutos es más que suficiente). Para empezar, basta con que te sientes en un lugar espacioso con las piernas cruzadas mientras te concentras en tu respiración. Te sentirás diferente.
- Evita el típico café bebido a toda prisa a la hora de desayunar. Tómate tu tiempo e incluye bebidas y alimentos que te proporcionen la energía necesaria para afrontar el día como frutas, cereales, un zumo (si es natural, mejor), una infusión o un café.
- Bebe 1,5 litros de agua al día
- Pon el despertador aproximadamente un cuarto de hora antes de la hora habitual. De ese modo podrás despertarte sin sobresaltos y con tiempo para “aterrizar” después de varias horas de sueño. Además, te organizarás mejor.
- Tener claro qué es lo que vas a hacer a lo largo del día hará que ahorres mucho tiempo y energía. Una buena idea para lograrlo es escribir los objetivos diarios para después clasificarlos por orden de importancia. Será un importante plus de motivación y te dará ganas de conseguir cumplir nuevos retos.

Mantén el estrés a raya
Puede que no sea posible evitar completamente el estrés, pero conseguir gestionarlo adecuadamente hará que este no termine desbordándote.
Hay varias formas de mantener el estrés a raya como el yoga, el mindfulness o la meditación. Todos ellos se encuentran en la lista de buenos hábitos saludables.
Esto te permitirá vaciar tu mente y despejarla, centrarte en el presente y desenmarañar esa telaraña que a veces tejen nuestros pensamientos. También mejorará el nivel de tu estado físico, tu flexibilidad o tu postura.
Pon tu vida en orden
Hay pocas cosas tan desmotivadoras como el desorden. Aunque este también puede ser emocional, puedes empezar por irte deshaciendo de esas cosas que muchos terminamos acumulando por montones, y que finalmente no nos sirven para nada. Te cuento más de este tema en el artículo Tu casa y tu mente en orden.
Tirar lo viejo nos da la oportunidad de abrir las puertas a todo lo nuevo que está por llegar. Aunque es algo más complejo, también puedes aplicarlo en lo que se refiere a relaciones que puedan ser tóxicas.
Esto ya traerá grandes beneficios a tu salud mental de por sí, pero si además pones también orden en tu mente con actividades saludables como paseos diarios o cultivando aficiones como la música o la lectura, entre otras, lo notarás mucho más.
En definitiva, se trata de que hagas cosas que te beneficien y con las que además te sientas a gusto. Una forma excelente de exprimir cada día con una actitud positiva.
Cuida tu alimentación

Evidentemente, de poco servirán tantos buenos propósitos si no se tiene una buena salud. La alimentación y la actividad física son fundamentales para eso. El descanso también es muy importante.
Salvo que haya algún inconveniente que indique lo contrario, lo cierto es que se puede comer de todo; eso sí, en las cantidades adecuadas. Lo ideal es incluir en tu dieta alimentos claves para una buena alimentación como verduras, hortalizas o frutas.
Como habrás visto, basta con incorporar ciertos hábitos saludables a tu vida para experimentar una mejora que puede llegar a ser muy significativa. Evidentemente, lleva su tiempo y hay que tener fuerza de voluntad, pero los resultados positivos que irás experimentando te ayudarán a mantenerlos.